La premisa de este segundo libro de Guillermo Ezequiel Sosa es contar historias. Los textos que integran “Perdido y otros cuentos” se ocupan de mostrarnos los acontecimientos, generalmente pequeños y sutiles, a través de la mirada de un narrador que no juzga a sus personajes.
Los rasgos humanos más imperceptibles afloran en los cuentos de este libro con total naturalidad. El lector podrá encontrar en estas páginas a seres tan curiosos y sorprendentes como él mismo.
DOS INDIECITOS
Días antes había pescado muy bien en el río Aluminé y Malleo, aunque en la casa de pesca le habían dicho que las truchas grandes estaban saliendo en el lago Tromen.
Entonces decidió ir en busca de ellas. Sin perder tiempo cargó todas las cosas necesarias en la camioneta de forma desordenada.
Venía conduciendo por la ruta que lleva de Junín de los Andes a este lago, aquel que tiene aguas claras y arena negra volcánica en sus márgenes, yA que descansa al resguardo del volcán Lanin. Ya había recorrido unos veinte quilómetros cuando en medio de la fría noche, y a un costado del camino los vio.
Eran dos muchachitos de rasgos aindiados, estaban bastante maltrechos y con sus manos hacían señas de súplica para que se detuviera.
Con cierto temor, acostumbrado a las posibles emboscadas del conurbano bonaerense, se detuvo unos metros delante.
—¿Qué les pasó? —preguntó el hombre…
