Quien se asome a la microficción argentina contemporánea, no podrá evitar encontrarse con el libro Encender la chispa, de Estela Porta. Y esto se debe a que —sin lugar a dudas— Porta es una de las escritoras tucumanas que practican el género con fluidez. El libro posee una edición pulida y se divide en secciones; De Había una vez… y Colorín colorado…, De Mitos y Leyendas, De Dichos y Refranes y De Realidades y Fantasías. En cada una de ellas, la autora despliega una rica creatividad que conjuga de manera sutil con el entramado de cada pieza. Se comprueba cómo estos hiperbreves —solamente de diez palabras cada uno— golpean, acarician la piel o hacen cosquillas para llegar a lo más profundo, y sacudirnos. Al fin y al cabo, en eso consiste la buena literatura, sin distinción de géneros ni destinatarios.
Lic. Mónica Cazón
LAS 1000 Y 1
Noche a noche, la Palabra desplegaba su poder de salvación.