En los últimos años se ha globalizado el término “femicidio”: esta palabra nueva que ingresa a la lengua condensa historias viejas porque designa nada menos que los asesinatos perpetrados a mujeres por diversas violencias de género. Las estadísticas y la reiteración con las que se conoce y se hace más y más visible este triste fenómeno, que comienza con agresiones y puede finalizar con la muerte de sus víctimas, son estremecedoras. En medio de este horror, ha surgido un movimiento de lucha femenina, creativa y vital, que se ha propuesto denunciar y promover la toma de conciencia de este flagelo desde la escritura. Por iniciativa de las escritoras chilenas Pía Barros, Gabriela Aguilera, Susana Sánchez Bravo, Lilian Elphick y Silvia Guajardo, el Grupo Editorial Asterión publicó en 2010 la pionera antología ¡Basta! en la que se propuso el desafío de escribir en microficciones de 150 palabras como máximo las historias reales o ficticias de mujeres violadas en su condición femenina.
El proyecto cruza activamente las fronteras geográficas y amplía sus objetivos extendiendo el desafío a otras hacedoras de la microficción en Latinoamérica. En 2012 se publicó la versión peruana de ¡Basta! y ahora, con esta publicación argentina, la red de microficciones se extiende. Quienes elaboramos la versión argentina, mediante dos convocatorias, un arduo trabajo de selección y un largo proceso de edición, sentimos la satisfacción de ser parte de la construcción de este entramado de religación solidaria y social.
MANCHAS (Ana María Mopty)
Con mano dura, con golpes, luego de una refriega, se combaten las manchas. Se las oculta en la oscuridad de rincones pestilentes y golpe tras golpe, con puños o botas se intenta componerlas. El proceso no garantiza espuma de blancura iluminada. Por eso en silencio, después del castigo, se las cubre. . . ¿Y la mancha? ¿Y los hijos de la mancha? Se oyen voces que buscan.
Llaman.