¿Cómo se lee este libro? Con un vino y alrededor del fuego, como lo hacían los hombres en la antigüedad y lo siguen haciendo aún hoy en todas las culturas del mundo. Porque todavía, los cuentos conservan esa capacidad de acercar, de juntar, de cobijar las almas de los hombres y mujeres que se guarecen de la noche y sus tormentos. Es este un libro hecho
por amigos, que conversan a través de los cuentos, de los lugares comunes, del paisaje formoseño, de los personajes imposibles, de las voces cercanas y universales, de los sentires y pesares que los agobian, son ficciones que parecen demasiado reales, y realidades que parecen un invento. Es este un aporte a la literatura formoseña. Y si acaso la literatura es una excusa para hablar de la vida, en este libro se vislumbra otra hipótesis, no menos cierta, que sostiene, que, a lo mejor, la vida no sea más que una excusa para que exista la literatura.
Sandro Centurión