Los buenos libros no se elogian: basta leerlos. Explorar una vez más el ancho camino de sensibilidad, curiosidad y pensamiento. Al encuentro inesperado de una
conversación con la montaña, y de poner en palabras lo indecible, decía Paul Celan: “He venido, sí, de lejos, he venido como tú.” “Lo sé.” “Lo sabes y quieres preguntarme: ¿Has venido a pesar de todo, a pesar de todo has venido hasta acá –por qué y para qué?” “Por qué y para qué… Porque tenía que charlar tal vez, contigo o conmigo, porque tenía que charlar con la boca y con la lengua y no sólo con el bastón. ¿Pues con quién charla el bastón? Charla con la piedra y la piedra -¿con quién charla?” “¿Con quién va a charlar, compadre? No charla, habla y el que habla, compadre, no charla con nadie, habla porque nadie lo escucha, nadie y Nadie.”
Ariel Guallar
estío
tenía una vida
estalló de pronto
las esquirlas cortaban como cuchillos
sin embargo
resulta que estoy viva
en esta orilla que no conoce el tiempo
entre huellas de derrumbe
recupero sensaciones
imágenes
sonidos
olores
espero el sol
la hierba verde crece como una alfombra
los nietos juegan a mi alrededor