Los colibríes, esas máquinas perfectas capaces de sostenerse en el aire y hasta de volar hacia atrás. Los colibríes, ese símbolo de la belleza, esa fragilidad colorida y alada. La perfección y la belleza. Y la ferocidad, esa cualidad que nunca les cabría a estas aves.
Eso intentan ser estos textos: minimalismos precisos, bellos, perfectos. Y feroces. La búsqueda eterna del oxímoron, esa figura imposible, inasible, esplendente.
Dice Ana María Shua que una microficción si es realmente buena, muerde. Espero que no salgas indemne de este libro.
L.D.
DOLORES FANTASMA
Son terribles los dolores fantasma. Desde la amputación, cada día me duele, me pica, me arde tu cuerpo.