A veces, la historia es escrita por los que tienen papel y lápiz, y no necesariamente por los que ganan. Si eso sucede, es de esperar que la trama se desoville con la facilidad de un microrrelatista obsesivo y soberbio (o peor aún: de dos microrrelatistas) que cree (creen) que su pluma es el dedo índice de la mano derecha, que, cual big bang, oprime la tecla delete de la computadora, y con ese minúsculo y miserable acto suprime (suprimen) para siempre esas palabras que encierran y protegen miles o millones de años.
Las necesidades propias del género nos llevaron a sintetizar y hasta modificar sutilmente algún que otro suceso histórico investigado por nosotros durante cierto tiempo. Todas las historias que aquí se presentan sucedieron, de alguna extraña manera, aunque la gran acumulación de material recuperado, en contraste con la brevedad intrínseca del microrrelato, nos sumió en una profundísima confusión que desembocó en la incapacidad de discernir realidad de ficción. Sirva la presente de formal advertencia.
CF y LM
TODAVÍA ESTABA ALLÍ
Hubo un tiempo en que la sirena llegó a ser plaga en los microrrelatos de la época. Afortunadamente, conquistó el medio terrestre evolucionando en dinosaurio.