En este libro el amor se hace añicos, se deconstruye, se desarma para volverse a armar. Se presenta restando su presencia. Estalla en lo que dice y call, en lo que devela y oculta. Acepta que lo esencial es indecible, que el lenguaje es insuficiente. Adopta la forma de la narrativa breve, del poema, del microrrelato, del aforismo. Se enmascara en la solemnidad y el desacato; apuesta al desenfado, al juego, al sarcasmo. Porque el amor no pretende ser más que eso: un texto (amoroso) dentro de otro texto (el de la vida), una travesura sin reglas fijas. Un fragmento que junto a otro y a otro y a otro más conforman una manta hecha de retazos, de colores, de posibilidades. Un edredón que nos tapa la cabeza mientras se enfrían los pies.
AIRE
Te dejé una nota que escribí con tinta invisible sobre lo que ya habías escrito con tinta invisible sobre la factura del gas. Tu sintaxis quita el aire: nitrógeno, butano, propano. La mía, abre las ventanas: oxigeno, helio, neón. Fueron tus versos, claro, los que ahogaron los míos.