“No es sencillo encontrar el coraje primordial para animarse a mostrar, a develar aquello que se fue construyendo con el correr de días, meses y años. Escrituras primigenias que habitaron pensamientos, cuadernos, ordenadores, recortes y diarios personales.
Siempre es aconsejable la maceración, el reposo, para encontrar el punto exacto de sazón. Así sucede con la escritura. Estos textos datan de tiempos y estados lejanos, con reescritura y depuración que los han alivianado o constituido en verdaderos macizos, capaces de decir tanto o más que la primera vez.”
Pablo Lautaro
En vano
Sentada sobre una roca relee el libro de versos que él le dedicó. La ausencia flota en el aire dejando un sabor amargo en su garganta.
Sus ojos se humedecen sin notarlo, añora un tiempo ya pasado. Agoniza el crepúsculo, la búsqueda de la luz es casi vana.
Allá arriba, un lucero hace guiños y la invita a hacerle compañía, mientras el río susurra en laberintos serranos y se ata a sus suspiros.
Seguirá soñando y esperará los “te quiero” que nunca le oyó decir.