Un hombre viudo y jubilado, regresa a su ciudad natal luego de estar deambulando por el mundo a causa de su trabajo.
La nueva casa que alquila posee un altillo con un ventiluz que lo subyuga. Observar la vida de unos VECINOS que ostentan una impronta singular, será el eje de una historia en la que se revelen dramáticas señales.
Con un estilo “seco y expedito, que no alardea de contundencia” (al decir del escritor Fabio Morábito), Piero De Vicari desnuda un entramado narrativo de sutiles calamidades que parecen afincadas en el tercer milenio.
A partir de estas coordenadas, el lector sabrá resignificar las claves de una nouvelle que —sin lugar a dudas— no nos dejará indemnes.